ENTREVISTA A JAVIER MERCHANTE
Antes de nada, agradecerte infinitamente que nos concedas unos minutos de tu tiempo.
En
primer lugar, aunque nos vamos a centrar en tu carrera como actor de
doblaje, quisiéramos preguntarte un poco por tu profesión de maestro y
por tus blogs.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo como maestro?
La relación con los niños. Poder disfrutar de su ingenuidad, de su sonrisa franca y espontánea...; también cómo, a veces, abren las puertas del mal y exploran su mundo.
Actualmente, ¿sigues compaginándolo con la locución y el doblaje?
Ha sido mi profesión desde 1984 y en este 2.014 espero poder jubilarme.
Llevas
desde hace tiempo tres blogs muy interesantes en los que otros
compañeros de doblaje, alumnos, ... hacéis locuciones bien narrando
cuentos, bien recitando poesías, ...
Cuéntanos un poco sobre cómo surgió la idea de estos blogs y qué podemos encontrar en los mismos.
Hace 7 años asistí a un estupendo curso sobre web 2.0 en
nuestro centro de formación de profesores. Hasta entonces mis
conocimientos informáticos se limitaban al procesador de textos. Aquel
curso me abrió los ojos a un mundo para mi desconocido. Cuando llegamos
al tema del audio y sus posibilidades en Internet me caí del caballo y
hasta ahora.
Creé el primer blog, El maestro
cuentacuentos, con audiocuentos para niños; luego, vinieron La taberna
del callao, de relatos para adultos, y La hostería del Laurel, de
contenido poético, editado a medias con mi pareja, Pepa, que siempre me
ha animado en todos mis proyectos.
¿Qué más proyectos tienes en mente?
Alcanzar la jubilación en el mes de mayo y echar horas rodando con la bicicleta, pasear, moverme... De momento no quiero tenderme trampas que me obliguen a llevarme muchas horas más encerrado en el estudio de grabación.
¿Has hecho o pensado hacer radio, cine, tv o teatro?
No. Las veces que he tenido que actuar cara al público lo he pasado mal. Tengo un poco de miedo escénico.
Tal vez me decida a hacer el cuentacuentos en imagen, pero ya se verá. Quizá si me reencarno.
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Vayamos con la parte que motiva nuestra página web: El doblaje.
¿Por qué dedicarse a este arte? ¿Cómo llegó esta profesión a tu vida?
De manera casual. Un día, en la plaza de San Lorenzo, me encontré con Ana Wagener, a la que yo conocía de los tiempos de La Jácara. Ella ya estaba en doblaje dirigiendo. Me animó a que me metiera. La existencia de la convocatoria de tarde me posibilitaba que pudiera compaginarlo con mi trabajo. Yo atravesaba una situación personal complicada y pensé -y no me equivoqué- que el doblaje podía ayudarme a desbloquearla.
¿Cómo fue el aprendizaje y qué maestros tuviste?
¿Quién te ha ayudado más en tu carrera? ¿Con quién has aprendido más?
Realicé un curso de nueve meses en la escuela de Enrique Rodríguez.
Guardo
buenos recuerdos de la mayoría de los directores con los que he
trabajado. Han sido pacientes conmigo y me han ayudado cuando me
atascaba en un take complicado. Con algunos he llegado a tener
complicidades y amistad.
El doblaje me ha tratado
muy bien. Ha sido fundamental para vehicular una serie de cambios que
debía realizar en mi vida. Está muy vinculado a mi periplo interior y ha
sido el puente que me ha llevado de nuevo a la interpretación, una de
las pasiones que me ha acompañado desde la adolescencia, inducida por
una extraordinaria profesora de Lengua y Literatura Española, doña
Matilde Sagaró Fací.
¿Recuerdas tu primer take y la primera convocatoria? ¿En qué
película o serie fue y quién te dio la alternativa? ¿Con quién
compartiste atril?
Ufff, soy flaco de memoria. Fue en la desaparecida Videotake
con Ana Wagner o Ángeles Neira. No recuerdo bien. Al poco tiempo de
empezar tuve un personaje en una serie que era como un armario
empotrado, que siempre estaba gritando, con una boca enorme que no tenía
manera de llenar.
Un día hice mi primer viejo y ahora los hago de manera natural porque ya me voy acercando a ellos biológicamente.
¿Cuáles son los mejores recuerdos que tienes delante de un atril?
Sentir la tensión, el nervio y la concentración que el trabajo requiere. Si tienes un personaje, entrar en sintonía con él y aguantar el tipo por dentro mientras estás trabajando para que se adueñe un rato de tu persona.
¿Puedes contarnos alguna anécdota de doblaje?
Al principio de estar trabajando, en Surco, tuve cinco o seis takes en una película... Uno era de un tipo que se encontraba con otro en una discoteca. Sólo salía en ese take. Debí hacerlo tan mal que al tiempo cuando lo vi casualmente en la tele, el actor con el que compartía atril tuvo que hacer lo mío cuando salí de la convocatoria de infame que debió quedar mi parte. Los comienzos fueron tremendos...
ALGUNOS PERSONAJES Y ACTORES DOBLADOS POR JAVIER MERCHANTE
Trabajaste con leyendas del doblaje nacional como Simón Ramírez o Francis Dumont, por ejemplo. ¿Qué destacarías de ellos?
Simón Ramírez siempre tuvo un trato educado y considerado
conmigo. Me tranquilizaba y ayudaba en el atril cuando tenía algún
problema. Lo recuerdo con cariño.
Francis era un
animador de las salas de espera con sus vastos conocimientos y su
experiencia. Después, siempre fue un director muy liberal, te dejaba
hacer...
Cuando escuchas tu voz en otro actor o en un personaje de animación, ¿qué piensas? ¿Ves los trabajos en los que has intervenido?
Llevo varios años prácticamente sin ver la tele. Ha
desaparecido de mis hábitos y costumbres. Descanso, no viendo la tele,
de tanta pantalla que rodea mi actividad diaria: ordenador en el
trabajo, pizarra digital, la edición de audios, vídeos...
Antes tenía curiosidad cuando inesperadamente me oía. Ahora, no tengo oportunidad de escucharme por incomparecencia.
¿Eres capaz de disfrutar viendo una película o la deformación profesional juega en contra?
Siempre veo bocas, bilabiales bien o mal pilladas, trampeos, perfectos encajes...: no puedo evitarlo, la deformación me puede.
¿Qué te plantea más dificultades encajar en un personaje? ¿La risa, el llanto, cantar?
Siempre la sincronía, la medida, la técnica. Pillar bien los gestos, que son tan importantes en doblaje. Para doblar hay que ser ave rapaz, y yo soy más bien cazable, lento, de vuelo corto. Pero he sobrevivido bastante bien.
Has doblado animación y acción real. ¿Qué diferencias hay entre doblar unos y otros? ¿Qué prefieres?
La animación tiene más juego, puedes darle un punto especial, pasarte un poco... Es más divertida. Parece que el trabajo es más tuyo y que no estuviera tan marcado como sucede con la actuación del actor.
¿Qué doblaje ha sido para ti el más complicado? ¿Hay alguna palabra o frase que te haya costado especialmente?
Tengo la suerte de olvidar los malos momentos. Es un
mecanismo de defensa que no controlo, pero me funciona muy bien. Mi
cerebro tiene una enorme goma Milan que borra todas las situaciones
desagradables que he pasado. He tenido atascos antológicos, lo he pasado
francamente mal algunas veces en el atril, pero todo eso lo tengo
olvidado.
Aunque las situaciones concretas las tenga
borradas, dependía mucho con qué director o directora estuviera para
superar la situación complicada. En doblaje el trabajo tiene que salir
sí o sí, y ya.
Ponme una "sc" y fijo que me pongo nervioso nada más verla: consciente, escenario, Escipión, oscilar, descifrar...
¿Has dirigido alguna vez? De ser así, ¿Qué dificultades encontraste?
¡No, por Dios! Ahora, a veces, me veo obligado a dirigir con los relatos y las poesías, pero eso es otra cosa...
Has participado en series como: "Bola de Dragón Z" (Hoi, Dr. Myu,
Bojack y una infinidad de secundarios), "Reporter Blues", "El gato
Isidoro", "Hattori el ninja", "Seaquest", "Tierra 2", "Dick Tracy",
"Bandolero", "Eyes" y has doblado a actores de la talla de Harry Dean
Stanton, Terry O´Quinn, y más recientemente a Peter Fonda en "La última
vida".
¿De qué papel estás más orgulloso del resultado final y qué actor es el que más te ha gustado doblar?
Este último que has citado, Peter Fonda, me resulto muy
agradable doblarlo. Él, con sus setenta y tantos años, tan apuesto, con
un porte y una elegancia... Una corta intervención de tres secuencias,
pero era un personaje muy tierno, con mucho aplomo. Fue un regalito de
Mercedes Hoyos.
Guardo un grato recuerdo de La calle
desnuda donde doblé a un jovencísimo Anthony Quinn que hacía de ganster
galán, dirigida por Luis Fernando Ríos.
Hablando de Bola de Dragón, ¿qué escena te viene a la mente cuando te nombran la serie? ¿Qué es lo que más te sorprendió de la misma?
Muchos gestos, mucho desgaste de garganta y buen curro para el personal.
Hace unos meses, Antonio Sánchez-Migallón creó un movimiento en
webs, foros y redes sociales, que hemos estado apoyando, para que se
vuelva a doblar en Sevilla a los personajes de Bola de Dragón en la
última película titulada "Battle of Gods" (La batalla de los dioses),
cuyos derechos los ha adquirido recientemente la empresa catalana
Selecta Visión.
¿Qué te parece este movimiento para que se respeten
las voces de los personajes de esta serie? ¿Te gustaría volver a doblar
en lo que esté por venir de Dragon Ball?
Me parecería estupendo que se volviera a doblar en Sevilla. Estamos muy necesitados de trabajo. No estoy al tanto de lo que comentas pero sería una suerte volver a hacer algún vejete con cara de chivo que salga por allí dando saltos inesperados y que con cuatro tortas deje tumbado a todo un ejército de ineptos..., por ejemplo.
Con internet, los profesionales del doblaje han pasado del
anonimato a ser relativamente conocidos. ¿Crees que internet ha
favorecido en ese sentido al colectivo y que se reconozca que en
Andalucía también se puede hacer buen doblaje? ¿Piensas que esta
profesión debería haber permanecido mejor en la sombra?
No tengo opinión formada. Una de los motivos por los que me encanta el doblaje es porque tú estás parapetado detrás de la pantalla, no tienes que dar la cara, sólo tu voz puede llegar a ser identificable. Ese anonimato es muy agradable.
¿Cuáles son los últimos trabajos de sonorización y doblaje en los que has participado?
El Lazarillo de Tormes, unas grabaciones en negro sobre las que se harán los dibujos posteriormente y la que antes has citado. Hay muy poca cosa. Y en locuciones, ya estoy fuera de circuito.
¿Pensaste en algún momento en pegar el salto a Madrid o a Barcelona como han hecho otros
compañeros tuyos como Antonio Villar, Luis Fernando Ríos, Ana Wagener, Juan Fernández, ...?
Nunca. En esta profesión soy lo que soy, nada más. Madrid me espanta para vivir, mi familia está en Sevilla y también mi trabajo como maestro. Sí estuve tentado de dejar temporalmente el magisterio, pero menos mal que no lo hice visto lo visto.
¿Cómo ves el futuro de la profesión a nivel nacional? ¿Y a nivel de Andalucía?
Pero..., ¿hay futuro?
1993 fue un año convulso para el doblaje en España. Sin ahondar demasiado en las consabidas polémicas de la huelga de Madrid y Barcelona, ¿crees que el convenio firmado entonces ha resultado ser, a la larga, más perjudicial que beneficioso para la profesión?
Aquello fue un error estratégico de primer orden. En plena crisis económica plantear una huelga es ganas de perderla y a la larga se demostró que estaban fuera de la realidad, aunque en aquél momento yo no lo veía así. Con el tiempo ha cambiado mi visión de las cosas.
¿Qué consejo le darías a alguien que quiere dedicarse al doblaje?
Que primero se dedique a otra cosa y que luego lo compagine con el doblaje. No es un consejo, es prescripción médica, aunque cada uno debe seguir su vocación con entrega y esfuerzo, si lo ve muy claro. Pero es bueno ser consciente de la realidad y de las limitaciones de uno...
¿Qué opinión tienes al respecto de la eterna discrepancia entre los anti-doblaje y los pro-doblaje?
A mi no me gustan las versiones originales porque me agobia leer cartelitos. El cine se convierte en una lectura ilustrada, pero esto es cuestión de gustos y de dominio de lenguas. Soy de la generación de españoles negados para los idiomas o fue nefasta la didáctica y la metodología que se empleó con nosotros en aquél momento, que de todo pudo haber...
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Terminamos con un pequeño cuestionario.
Un libro: Los gozos y las sombras.
Una película: El padrino.
Una serie: Doctor en Alaska.
Un actor: Kenneth Branagh.
Una actriz: Audrey Hepburn.
Un doblaje que consideres magistral: El padrino.
Un doblaje en el que hayas participado: El payaso.
Una actriz de doblaje: Nuria Mediavilla.
Un actor de doblaje: Camilo García.
Un/a director/a de doblaje: Dos compañeros que ya no están en Sevilla de los que guardo grato recuerdo: Ana Cremades y Luis Fernando Ríos.
¿Te gustaría añadir algo más?
Daros las gracias por el trabajo que estáis haciendo y desearos suerte en vuestro empeño.
Te deseamos los mayores éxitos profesionales. Muchísimas gracias
por tu tiempo y por la deferencia que has tenido para con nosotros y
nuestra web.
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